César Barrera Vázquez
Maynez es el Locho de la contienda electoral presidencial: sólo está para dividir a la oposición a López Obrador y afectar a Xóchitl Gálvez, como lo hizo el ahora candidato de Morena, cuando buscaba por cuarta vez la gubernatura, en aquella ocasión con los colores fosfo fosfo y cuya intención real era afectar a Mely Romero. El tiempo demostró incontrovertiblemente eso.
Así, a Maynez no le interesa ganar –porque sabe que es imposible–, sino dividir y fragmentar el voto de la alternancia, pues así beneficia a Morena. De ahí las muestras de simpatía que le manifestaba el presidente al gobernador de Nuevo León, Samuel García (“qué bien que tienen un gobernador como él”, decía en las mañaneras) y la obsecuencia de éste al régimen oficialista.
Por lo tanto, el electorado debe estar alerta, sobre todo ese segmento de la ciudadanía que está en contra de la militarización del país, de la desaparición de organismos autónomos y del autoritarismo presidencial, porque van a decir que ellos también están en contra de eso, pero, en realidad, y así lo vemos con Locho, Virgilio y sobre todo Griselda Martínez, son lo mismo y van a defender la militarización, la eliminación de instituciones y apuntalar el totalitarismo, porque eso busca Sheinbaum.
¿O se va a desdecir Griselda Martínez (quien llegó a la alcaldía de Manzanillo por Morena) de todas las alabanzas que hizo del presidente y renegará del evangelio cuatroteista? Si llega al senado, ¿va a proteger las instituciones, va a cuidar la división de poderes, va a legislar para robustecer nuestra democracia? Por supuesto que no. A la primera se regresa a Morena y desde el Senado busca arrebatarle el control del partido en lo local a la gobernadora.
Igual con Locho. ¡Con qué cara puede llegar con sus amigos empresarios para decirles que voten por Morena, cuando ese partido desapareció los fondos de emprendimiento, eliminó fideicomisos para la promoción turística y negó cualquier tipo de subsidio o apoyo a la iniciativa privada durante la pandemia! ¿Les va a decir a esos que el presidente insulta como “aspiracionistas”, “hamburgesados”, “fifís” que por favor voten por él y Morena?
Lo mismo con Virgilio. Si uno lo escucha, hablando de fideicomisos, de fortalecer la democracia, de traer mayores inversiones, de impulsar las energías limpias y el desarrollo sustentable, pareciera que está hablando alguien de oposición a Morena, pues en los hechos ese partido ha desaparecido fideicomisos, debilitado los contrapesos constitucionales y priorizado las energías sucias y generado ecocidios por sus obras magnas.
De ahí estriba el talento camaleónico de Virgilio: es un tipo que se vende como de propuestas inteligentes. Pero lo delata su ambición personal que lo ayuntó con el partido que está contrario a esas mismas propuestas, como la creación de fideicomisos. ¿Acaso no se acuerda Virgilio que Morena desapareció 102 fideicomisos, muchos de esos como los que propone el otrora candidato a gobernador?
Virgilio se vende como un tipo centrado, decente políticamente hablando, inteligente en sus propuestas, pero que está en el partido del verticalismo, de la obsecuencia presidencial y que por esa misma situación esas cualidades no son aquilatadas: está con el partido que busca 90% honestidad (entiéndase servilismo) y 10% capacidad.
Por eso mismo, si llega a ganar el senado, como lo hizo la actual senadora Gaby Benavidez, se va a sumar a Morena en los hechos y dejará a Manzanillo y al estado de Colima seis años más en el olvido. ¿O recuerda usted algo relevante que hayan hecho las senadoras (Griselda Valencia y Gaby) y el senador (Joel Padilla) de esa alianza de Morena, PT y Verde por el estado de Colima? ¿Crearon alguna institución para garantizar un derecho humano? ¿Fueron un contrapeso del poder ejecutivo como lo demanda la constitución?
Todo esto prueba, con razones y el conocimiento de la experiencia que nos ha dejado el actuar de Virgilio, Locho y Griselda, que la verdadera alternancia a Morena no está en el partido Movimiento Ciudadano. Lo entendió bien Colosio y por eso no optó por dividir la contienda presidencial.
Dos puntos
Si usted apoya a Morena tiene dos opciones en la boleta: está Virgilio o Griselda Martínez, cualquiera que llegue de ellos dos será fiel a los apostolados de la cuarta transformación. Pero, caso contrario, no está a favor del presidente ni el partido hegemónico oficialista, entonces la única alternativa real al autoritarismo y a la destrucción de instituciones está en la alianza PRI, PAN y PRD, pues sin omitir ni minimizar sus fallas y antecedentes negros, fueron pieza clave de la construcción del diseño constitucional que hoy gozamos.