La Moral del Presidente
César Barrera Vázquez
Puesto que la moral del presidente es válida y aceptable, y está por encima de la ley de transparencia y de protección de datos, luego entonces es moralmente aceptable que una persona haya filtrado el número del celular de su hijo Ramón López Beltrán y de Claudia Sheinbaum, pues este mismo acto realizó el presidente al hacer público el número de una reportera.
Dice el presidente que por encima de la ley está su autoridad moral, y como la moral es relativa a las acciones de las personas, luego entonces el presidente López Obrador pretende trastocar el estado de derecho e imponer (en detrimento de las libertades democráticas de la ciudadanía) la intimidación, el autoritarismo, la opacidad, el culto a la personalidad y la corrupción, pues en su actuar se reflejan esos antivalores.
La intimidación porque amedranta a quienes le cuestionan su incongruencia en la mañanera; el autoritarismo porque quiere eliminar los contrapesos constitucionales y busca controlar al poder judicial; la opacidad porque esconde la información de los contratos y obras públicas de sus mega obras; el culto a la personalidad avivado por un narcicismo en el que se ve como Madero o Juárez; y la corrupción que ya no puede esconder de sus familiares y su círculo cercano, cuyas huellas se dirigen directamente al presidente.
¿No tendría que ser el presidente el primero en respetar la ley, máxime cuando ésta protege derechos humanos y libertades democráticas? Si la moral está por encima de la ley, como dice el presidente, ¿dónde queda el estado de derecho? Si el presidente que juró ante la constitución respetar la ley no lo hace, ¿por qué tendría que hacerlo un ciudadano?
Así, en vista de que el presidente no respeta las leyes porque considera su moral superior, luego entonces cualquier ciudadano estaría en el mismo derecho. Por eso, emulando al presidente, un ciudadano hizo público el número del celular de José Ramón López Beltrán, hijo del presidente, quien denunció la filtración y la cual, dijo, ponía en peligro a su familia.
Con su respuesta el hijo del presidente confirma que el actuar de su padre fue inmoral, ya que si no lo fuera no se hubiera quejado ni denunciado la filtración que vulnera su derecho. En todo caso, habría seguido el consejo de su padre que dio a la reportera y cambiado su número telefónico.
El asunto fundamental es que el presidente, cuando asumió su responsabilidad, protestó hacer valer y respetar la constitución política de los estados unidos mexicanos, así como todas las leyes que emanan de esta, como es el caso de la de transparencia, acceso a la información y protección de datos.
El presidente, que recordemos todos y todas en México, no dijo, cuando asumió la presidencia: “por encima de la ley está mi autoridad moral”, con esa expresión no hubiera podido asumir la presidencia de la república. Y esto es así porque la protección de los derechos humanos constituye la fundamentación del estado mexicano.
Por lo tanto, no es la moral del presidente, sino nuestra constitución y sus leyes fundamentales que protegen nuestros derechos, libertades y que también estatuyen las obligaciones de la autoridad para hacerlos efectivos, lo que está por encima de todo.
Dos Puntos
A razón que los actos de gobierno se realizan con la moral del presidente, por eso resultan inconstitucionales o inválidos, puesto que la valides de un acto de gobierno radica en el respeto al contenido material de la constitución. De ahí que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que vigila que el actuar de los otros poderes se sujete a la constitución, de manera reiterada esté declarando sus actos y leyes como inconstitucionales.