César Barrera Vázquez
La propuesta del presidente López Obrador de eliminar a los órganos autónomos como el Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información (INAI), entre otros más de gran importancia para nuestra democracia, contraviene el principio de progresividad en materia de derechos humanos, consagrado en el artículo 1 de nuestra carta magna y los tratados internacionales, por lo que es inviable jurídicamente.
Ante eso, ¿Morena le va apostar a la regresión en materia de derechos humanos? Legislar contraviniendo este principio de progresividad significaría abandonar los tratados internacionales como la Convención Americana de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, al igual que implicaría renunciar a la protección de libertades que da la Corte Interamericana de Derechos Humanos en su jurisprudencia y precedentes, los cuales protegen al ciudadano de los actos arbitrarios de la autoridad.
Por consiguiente, al salir de los tratados internacionales (igual el TEC-MEC) México se aislaría y quedaría del lado de todas esas regiones del mundo, cuyos gobiernos violan sistemáticamente los derechos humanos y se distinguen por ser autoritarios y de corte militar.
Así, en los hechos, México estaría pareciéndose –porque en sus leyes no cuentan con esta protección—a Yemen, Irán, China, Egipto, Siria, a varios países de África, Cuba, Venezuela, Corea del Norte, República del Congo, Birmana y Rusia, por sólo mencionar algunos de los países donde no se cuenta con estas libertades que, afortunadamente, todavía gozamos las y los mexicanos o, por lo menos, que están contempladas en la ley.
De ahí precisamente que existan estos órganos garantes, como en caso del INAI, cuya función es hacer realidad y efectivo el derecho al acceso a la información pública, una herramienta por lo demás indispensables para la rendición de cuentas y el combate a la corrupción. Lo mismo con el INE, institución que le da legitimidad a las elecciones.
¿En serio estaríamos mejor sin contar con estos organismos garantes? La experiencia de pasado del partido hegemónico nos demuestra lo contrario. Y si bien estamos lejos de tener una transparencia proactiva o de que se respeten todos los derechos humanos, lo ideal no es desaparecerlos ni dejarlos inoperantes –como lo ha intentado hacer el presidente-, sino fortalecerlos y mejorar el trabajo de los institutos para que se garanticen y sean efectivos.
Dos Puntos
¿Qué habría pasado si el presidente en la elección del 2018, en plena campaña, hubiera propuesto, como principales promesas de campaña, la desaparición de los órganos autónomos y la militarización del país? ¿Por qué en plena elección, hace seis años, no prometió la desaparición del INE, del INAI y la militarización del país?