Si a usted no le interesa la comunicación, mejor no siga leyendo. Si usted continúa, me encantaría que podamos iniciar un diálogo a través de un correo electrónico, una carta, o bien, para más rápido un mensaje privado en X o Facebook o, si lo prefiere, sólo con su comentario en este post que le vinculó a esta publicación.
Lo ve, ¿qué fácil puede ser comunicarnos?, pero hay que querer hacerlo; los canales son diversos, accesibles, pero lo cierto es que serán contadas las personas con las que pueda iniciarse una conversación sobre este tema porque claramente tendrán múltiples responsabilidades y si se detuvieron a leerme, quizás, fue derivado de un hábito o rutina del que agradezco su tiempo; mi misión es que al final de la columna sienta que le aporté algo.
Platicando con mis alumnos conversamos sobre la descomunicación. Cómo es que teniendo tantos recursos para hacer tan eficiente el intercambio de información estamos perdiendo el sentido e interés por la misma; podemos conocer más, pero es tanta información que pocas cosas nos importan y es difícil elegir realmente interesarnos por algo.
Tantos datos al mismo tiempo, tantos canales, intereses implícitos y explícitos que, como receptores, terminamos ofuscados y automatizados; incluso aquello que nos pareció interesante terminamos desechándolo y olvidándolo. No hay peor condena para un mensaje que el olvido. Vemos, leemos, escuchamos todo, pero es muy poco se queda, porque no lo sentimos.
Lo viral y las reacciones en redes sociales hoy tienen un valor cada vez más subjetivo, porque aun cuando lo veamos e incluso reaccionemos, después de unos minutos ya lo hemos olvidado. ¿Recuerda todo lo que vio hoy?, estoy seguro que no. Recordará aquello que es cercano o que, verdaderamente le transmitió para resolver alguna necesidad.
Si nos interesa comunicar la clave no está en la viralización, sino en la comunicación directa. El mensaje tiene que llegar entre emisor y receptor, sin rodeos, con sensatez y acompañada de empatía, si es posible con el sentido del tacto. Es tanto el ruido que hay en los medios de comunicación que tiene más valor el diálogo directo y la conversación. Lo complejo de esto, sin lugar a dudas, es que implica un mayor esfuerzo, es que más lento y costoso que un post. Escríbeme a carlosperez.col@gmail.com y conversemos.