- Esta psicóloga de la Universidad de Colima (UdeC) agregó que también lo reducen el no hacer caso a informaciones sensacionalistas y recurrir a la orientación de profesionales de la salud mental.
Atender únicamente a fuentes oficiales de información, tener un plan familiar de protección civil y recurrir a la orientación de profesionales de la salud mental son algunas de las recomendaciones que la académica de la Facultad de Psicología, Minerva Ortiz Valladares compartió en entrevista con relación a los momentos de estrés y preocupación que ha vivido la sociedad colimense tras los temblores de esta última semana en nuestra entidad.
Al respecto, la académica señaló que las condiciones de estrés se desbordan también cuando las personas hacen caso a innumerables fuentes de sensacionalismo: “Si bien un sismo es un fenómeno natural que no podemos controlar, el hecho de contar con un plan de acción para cada miembro de la familia e identificar las zonas seguras en nuestros hogares, nos da la oportunidad de guardar mejor la calma y prevenir mayores desgracias”, dijo.
Aseguró también que al presentarse este tipo de fenómenos hay un desbordamiento emocional que puede ocasionar alteraciones en el comportamiento y los pensamientos de las personas, tales como falta de hambre, disminución de la energía o dificultad para dormir: “El estrés es una respuesta natural del organismo, es parte de nuestros mecanismos de supervivencia, pero hay que estar atentos si estos síntomas se vuelven crónicos y se empiezan a manifestar conductas desadaptativas”.
En este sentido, añadió que algunos síntomas del estrés postraumático pueden ser trastornos del sueño, terrores nocturnos, dificultad para levantarse y realizar las actividades cotidianas. Además, estos síntomas interfieren en el desarrollo normal de al menos tres espacios de convivencia del individuo, como la familia, el trabajo y los amigos: “Presentar estas alteraciones visibiliza la necesidad de atención psicológica; entonces podemos asistir con psicólogos, psiquiatras o terapeutas que nos apoyen en el proceso, tratando de mejorar en lo posible la calidad de vida”.
La especialista añadió que después de la pandemia emergió la importancia de una buena atención y cuidado de la salud mental, desmontando prejuicios y tabúes que existen al respecto.
Informó, además, que la UdeC cuenta con espacios de atención psicológica gratuita, tanto para estudiantes como para trabajadores, en el Centro Universitario para el Bienestar Integral (CUBI) y en la Clínica Universitaria de Atención Psicológica (CUAP).
“En el caso particular de los estudiantes, cuentan con un tutor personalizado que tiene la responsabilidad de estar al pendiente de cualquier situación que afecte a su desarrollo educativo, o pueden acercarse también a su orientador educativo, que los puede canalizar a los espacios de atención psicológica”, recomendó.
La académica reconoció la madurez de la comunidad universitaria ante este tipo de fenómenos durante el simulacro del 19 de septiembre, así como en el momento del sismo que se dio minutos después, donde hubo una acción ordenada y rápida de los universitarios: “Está muy sensibilizada la comunidad, sabían qué hacer; estudiantes, docentes y trabajadores bajaron tranquilos de sus aulas y oficinas; los profesores estuvieron atentos a los estudiantes y los que se encontraban mejor en cuanto a sus emociones dieron contención a sus compañeros”, recordó.
Por último, la entrevistada comentó que la Universidad es una institución que ha prestado atención decidida a la salud mental y ha procurado habilitar espacios para apoyar a estudiantes y trabajadores en estos procesos: “Hay que saber que nuestra casa de estudios cuenta con espacios de atención psicológica y que podemos contar con ese acompañamiento en estas situaciones tan complicadas”.