COMALA, Col.- Como parte de las actividades encaminadas a la evaluación y actualización de su plan de estudios de licenciatura, la Escuela de Trabajo Social Vasco de Quiroga realizó un foro con egresadas de la carrera, con el propósito de recibir sus valoraciones y propuestas sobre los aspectos que se requiere conservar o modificar del programa académico de esta institución fundada por Margarita Septién Rul y consolidada por Ángela Escobosa Hass.
A sesenta años de la creación de nuestra escuela de trabajo social —la más antigua del estado de Colima— y a doce años de la apertura del nivel licenciatura, se realizan trabajos para renovar el plan de estudios a partir de la experiencia adquirida y conforme a las necesidades de la realidad actual, para continuar a la vanguardia en la formación de profesionales del trabajo social.
En el foro, realizado en las instalaciones del plantel, participaron egresadas representativas de diversas generaciones de la licenciatura: María del Carmen García García, Camila Sofía Ceballos Gómez, Beatriz Guadalupe García Morales y Vanessa Lizbeth Montero Silva.
Las ahora trabajadoras sociales destacaron las fortalezas, los retos y las áreas de oportunidad que visualizan para la escuela, después de haber cursado la licenciatura y haberse insertado en actividades relativas a su carrera.
Camila Sofía Ceballos, egresada recientemente, mencionó entre las fortalezas de la escuela “la perspectiva crítica, humanista y de género de muchos y muchas de las profesoras, pues nos permiten sensibilizarnos ante diversas problemáticas y contextos sociales, para desempeñarnos como trabajadoras sociales empáticas, respetuosas, críticas, feministas, sensibles al contexto de cada uno de nuestros usuarios y en búsqueda de la liberación de todas las formas de opresión”.
Así también, resaltó la materia de Supervisión, “especialmente porque es la que nos garantiza una inmersión directa y casi inmediata en nuestra comunidad y sus necesidades sociales. Es decir, es lo que nos permite acompañar la teoría con la práctica, y esa es una de nuestras principales fortalezas como trabajadoras sociales formadas en el Vasco de Quiroga”.
María del Carmen García, quien ha cursado los tres niveles que ofrece la escuela Vasco de Quiroga (técnica, licenciatura y maestría) y actualmente es activista defensora de los derechos humanos, refirió que una fortaleza que observa en el plan de estudios es en relación a la materia de Trabajo Social, pues “tiene una continuidad en cada cuatrimestre de la Licenciatura, lo cual permite estudiar la riqueza que tiene esta materia”.
No obstante, consideró que representa un desafío analizar los autores teóricos del Trabajo Social, que han permanecido en el tiempo como base en la formación de las y los alumnos de la escuela Vasco de Quiroga.
En relación con las estrategias de enseñanza y la planta docente, García estimó que “en lo general son robustas, aunque ahí siempre habrá áreas de oportunidad para innovar”, además de que sobre la modalidad semiescolarizada con la que se ofrece la carrera indicó que la principal fortaleza es que da la posibilidad (al estudiantado) de estudiar y combinar otras actividades”.
Beatriz Guadalupe García Morales destacó que “la mayor fortaleza que tenemos la comunidad del Vasco de Quiroga es la práctica de la materia, es el conocimiento de cómo aplicar cada una de las estrategias y habilidades adquiridas en la escuela hacia la sociedad, es ser enseñadas a ser un agente físico del cambio social”.
Manifestó que cada materia aprendida dentro de la licenciatura es “un elemento de apoyo para poner en práctica el Trabajo Social, desde saber en dónde estamos como estado y comunidad hasta reconocer las limitaciones que tiene la sociedad en un ámbito global”.
Vanessa Lizbeth Montero Silva expuso que una de las fortalezas de la licenciatura es la plantilla docente con la que cuenta, ya que “son maestros preparados, con conocimientos en la carrera y personal que está sensibilizado en la profesión”, además de que “la modalidad semi- escolarizada me ayudó, ya que me daba la posibilidad de cuidar a mi hija y seguir trabajando”.
Entre las propuestas, Carmen García planteó la creación de la materia Políticas Públicas y Programas Sociales desde las perspectivas de Derechos Humanos y del Trabajo Social, porque quienes egresan de esta carrera invariablemente van a trabajar con políticas públicas y programas sociales, en tanto que se mostró convencida de que se debe robustecer y profundizar más cada una de las materias.
Beatriz Guadalupe García consideró necesaria e importante la implementación de contenidos para motivar a egresadas y egresados a hacer respetar su carrera profesional, “que nos hagan sentir nuestro valor como profesionistas; lo importante que es ser trabajadores y trabajadoras sociales; que nuestra profesión es igual de importante a las más cotizadas o famosas y enseñar al alumnado a no dejarse menospreciar en la vida laboral”.
Vanessa Lizbeth Montero propuso promover el uso de nuevas tecnologías, que “pueden ser de gran ayuda al momento de intervención con grupos emergentes”, y profundizar en temas de equidad de género y diversidad sexual, que a su juicio son de suma importancia.
Sobre las características propias del modelo educativo que ofrece la escuela Vasco de Quiroga, Camila Sofía Ceballos resaltó la práctica constante del estudiantado, pues desde los primeros cuatrimestres se promueve la participación e intervención en diferentes espacios sociales, así como el énfasis en la empatía y sentido humano en su trabajo
También valoró la formación crítica que se promueve entre alumnas y alumnos de la escuela, porque “nos obliga a aproximarnos a nuestra labor siempre cuestionando el status quo y buscando alternativas y soluciones creativas. Es decir, no aceptamos las cosas como son y buscamos soluciones inmediatas”.
Organizado por las maestras Angélica Rubí Gómez Aro y Carmen Jiménez Solano, así como el maestro Balvanero Balderrama García, el foro de egresadas se realizó en la cancha techada de la escuela, moderado por la Mtra. Marigel Castillo Cázares y con la presencia de la directora de la escuela, Elsa Yadira Velázquez Mejía, la planta docente y la población estudiantil.