- Seminario de Gerontología de la Universidad de Colima (UdeC).
La Facultad de Trabajo Social realizó hace unos días la segunda sesión del Seminario de Gerontología “¿Cómo trabajar con personas adultas mayores?”, con el objetivo de dar a conocer las actividades que se realizan en la Maestría de Gerontología. Esta sesión reunió a tres egresadas que trabajan con adultos mayores desde el área de la salud.
En la sesión, Reyna Cristina Martínez, especialista en Medicina Familiar del IMSS; Yesenia Anahí Malagón, enfermera en el Hospital Regional Universitario, y la nutrióloga Fernanda Lizeth Vuelvas, del DIF Colima, contaron su experiencia de trabajar con adultos mayores, compartieron consejos y algunos retos que se presentan en la población adulta, pues con el paso de los años ésta se incrementará.
De acuerdo con las egresadas de Gerontología, mientras que la población adulta va en crecimiento, los cuidados que se tienen, los recursos y especialidades que se destinan a esta población no lo hacen de la misma forma. Por ejemplo, Cristina Martínez dijo que algunos derechohabientes y trabajadores del IMSS podrán jubilarse tras 17 años de servicio; otros, como en su caso, a los 35 años. Sin embargo, “compañeros que van entrando ya no tienen ese beneficio”, dijo.
“Se cree que son personas que difícilmente dejarán de trabajar; esa parte es la que tenemos que empezar a ver y también lo que significa trabajar con personas mayores, lo que representa y representará trabajar con personas adultas mayores”, enunció.
Esto, dijo, pone en perspectiva la necesidad de comenzar a visibilizar de manera más frecuente a la población adulta mayor y de poner atención en aquel sector de la población que de alguna manera no tiene acceso a los sistemas no sólo de salud, tanto física como emocional, comenzando desde que una persona se considera adulta, pues “no tiene caso que los años de vida se extiendan sin una buena calidad vida, como estar postrado en una cama o no tener las herramientas necesarias. Éste es uno de los aspectos, como gerontólogos, que podamos promover: tener un envejecimiento exitoso y saludable”.
Una de las situaciones más frecuentes que se han encontrado las gerontólogas es la discriminación hacia las personas mayores. Por ejemplo, se cree que al llegar a la vejez tienen menos capacidades, que huelen mal, olvidan todo e incluso que regresan a ser niños. cuando la realidad es que “una persona con muchos años de vida sabe más y sabe cómo hacer mejor las cosas”, coincidieron.
“Deberíamos saber que tienen derecho a la confidencialidad, privacidad y a tomar sus propias decisiones; deberíamos considerarlo como un ser autónomo, respetarlo y adaptar nuestro trabajo cuando sea posible. Preguntarle cómo prefiere que le llamen, conocer sus necesidades de comunicación. Generalizamos que el adulto mayor no escucha y buscamos a sus hijos, incluso para saber cómo debe realizar algunas actividades. Lo correcto sería utilizar lenguaje corporal para agilizar la comunicación”, comentó Anahí Malagón.
“En mi experiencia -agregó Lizeth Vuelvas-, nosotros tenemos que escuchar para que te escuchen, tener el tiempo, el espacio y el corazón. El problema del adulto mayor no es tal, porque muchas veces él no es el problema, sino el contexto en el que vive. Por ejemplo, una adulta mayor es tutora de tres niñas menores, con hija en drogadicción, y también sale a trabajar. Entonces, el problema no es el adulto mayor, sino el contexto”.
Los adultos mayores, dijeron, buscan preservar su autonomía y sentirse útiles. Lo que menos quieren “es quedarse rezagados”, de ahí que, como reto, las expertas propongan una constante preparación en estos temas ante la cada vez más creciente población adulta mayor, promover insumos y personal para la atención integral de las personas mayores, capacitación del personal de salud en tema de derechos de las personas adultas, así como de otras áreas que se puedan involucrar en estos temas y comenzar a que las personas tomen conciencia de que llegarán a ser adultos mayores.
Finalmente, las egresadas de gerontología compartieron algunos consejos para trabajar con adultos mayores, como respetarlos, conocer su entorno, investigar sus capacidades, evitar prejuicios, no subestimar sus capacidades, así como evitar el viejismo, esto es, no decirle abuelito o viejito de manera que ellos se sientan mal, por el contrario, preguntarles la manera en la que quieren ser llamados, así como buscar capacitarse en estos temas de manera frecuente.